El Desarrollo Urbano es
una forma estupenda de combatir la miseria rural. Porque la ciudad es el lugar
posible por excelencia de todas las utopías.
Es claro que en todo el
mundo se registra una creciente urbanización de la población, de esa forma
también es claro que los recién llegados a nuestras ciudades se ven
marginalizados tanto en el aspecto territorial como en el social. La mayoría de
estas personas solamente encuentra un espacio para instalarse en barrios pobres
situados en la periferia, en donde existen altos índices de desempleo y miseria
social, y quienes tienen acceso a un trabajo se ven obligados a recorrer todos
los días largas distancias para llegar a sus puestos de trabajo.
Nuestras ciudades al
igual que la gran mayoría del país ha crecido de forma descontrolada devorando
el paisaje, por consecuente son difíciles de administrar y en el mayor de los
casos se hace imposible prestar los servicios municipales básicos. Asimismo,
como una constante en el territorio estatal, surgen asentamientos irregulares
en zonas de riesgo no aptas para vivir, como márgenes de ríos o laderas.
Posiblemente las
herramientas que posee la planeación urbana no han podido frenar el rápido
surgimiento de asentamientos irregulares. De la misma forma, los programas estatales
y municipales (si existen) no han logrado generar a corto plazo una oferta
suficiente de superficie habitable. En nuestras ciudades existen extensas áreas
internas con gran potencial de desarrollo, áreas urbanas que hoy en día son
consideradas deterioradas y que raramente tenemos en cuenta como posibles zonas
de construcción de vivienda de interés social. A primera vista, el desarrollo
adecuado de esas zonas internas parece ser más complejo y costoso que la
urbanización de zonas rurales. Sin embargo, se ha demostrado que a largo plazo
es más económico para una ciudad el desarrollo de sus zonas internas.
Busquemos un proceso de
revitalización, es posible mejorar la calidad del medio ambiente en nuestro
estado considerando su gran biodiversidad consolidando nuestros núcleos
urbanos, si se planifica e implementa un uso urbano mixto de manera adecuada,
se puede generar una estructura demográfica basada en la mezcla social. Sabemos
que la mezcla de vivienda, trabajo y comercio a pequeña escala recorta caminos
y reduce el volumen de tráfico. De esta manera se mejora la calidad de vida y
la aceptación entre la población.
Para fortalecer el
desarrollo urbano interno de nuestras ciudades es necesario que una variedad de
actores de diversa naturaleza participen en el proceso de planeación. Los
procesos de revitalización sostenible sólo se ponen en marcha cuando todos los
actores implicados logran acuerdos en cuanto a un objetivo común de desarrollo.
En estos procesos, los municipios tienen que asumir importantes funciones,
entre otras la de coordinador.
Chiapas tiene 122
municipios y nuestra población representa el 4.3% del total de país. Si
consideramos a todos los centros de población del estado, urbanos, podemos
decir que tenemos una distribución del 49% urbana y 51% rural de la población,
en el entendido que a nivel nacional la brecha se marca aún más con un 78%
urbano contra un 22% rural. Sin embargo, si nosotros tomamos únicamente a los
centros de población mayores a 15 mil habitantes como urbanos podremos constatar
que la brecha entre rural y urbano se hace más amplia solo con un 33.12% de la
población total del estado viviendo en ciudades.
Nuestra escolaridad
tiene un promedio de 6.7 años de estudio contra un 8.6 que es el promedio
nacional, al igual que mientras en el país 6 de cada 100 hablan una lengua
indígena, en nuestro estado 27 de cada 100 la hablan.
El estado de Chiapas
aporta el 1.6% al PIB Nacional, pero si tomamos en cuenta la explotación a
nuestros recursos naturales, ese porcentaje se multiplicaría en una gran
cantidad.
En Chiapas hay
4,796,580 personas, y esto nos dice que el estado se ha mantenido en un
crecimiento promedio anual de 2% en el periodo 2000-2010. Desde 1985, nuestra
población a mantenido una tendencia creciente, los únicos años en los que hubo
una excepción fue de 1910 a 1921 en donde nuestra población disminuyó.
En nuestro estado
existen 4 ciudades que concentran una población mayor a cien mil habitantes y
existen 26 ciudades que concentran una población mayor a 15 mil habitantes, tan
sólo la capital de nuestro estado alberga al 11.19% de la población total de la
entidad.
Tuxtla Gutiérrez se ha
impuesto como la ciudad más importante de Chiapas, no solo desde el punto de
vista económico, sino también demográfico, la expansión urbana que le conocemos
con todos y sus problemas, ha sido sin lugar a dudas vertiginosa y diversa,
desde el año de 1960 su población se ha multiplicado por más de diez veces.
Actualmente tenemos que
ver a nuestra capital como una zona metropolitana en la que se encuentran
Ocozocoautla de Espinosa, Berriozabal, Suchiapa y Chiapa de Corzo. ¿Tuxtla
Gutiérrez tiene que seguir con su crecimiento vertiginoso o debe consolidarse
con lo que tiene? Posiblemente sea Chiapa de Corzo desde el punto de vista
geográfico quien deba comenzar a crecer para ayudar en el crecimiento urbano de
Tuxtla Gutiérrez, entendamos crecimiento urbano a consolidarse de forma
compacta y humana. Chiapa de Corzo está experimentando la tasa de crecimiento
medio anual más alta del estado con un 4.86, lo cual nos indica que la gente
quiere vivir más cerca de la capital, pero al mismo tiempo, el suelo urbano en
Tuxtla se hace mas inaccesible y por ello los futuros residentes buscan
asentarse cerca aunque sea en otra ciudad. Es una gran oportunidad que tenemos
para fortalecer los municipios urbanos. Sucederá en su momento con Berriozabal
y Ocozocoautla que tienen la ventaja del clima que predomina la mayoría del año
y muchas veces es ventajoso con respecto al que sucede en la capital. Suchiapa no
se quedará atrás, la cercanía con el aeropuerto internacional y ser el paso
hacia la capital y por consecuente al resto del país de toda la producción
proveniente de la frailesca será su fortalece y aún más porque en el último
programa federal de infraestructura se hizo público la construcción de su
autopista. Es así que tenemos que entender a la capital y a los municipios
antes mencionados como una zona metropolitana con alto potencial de
crecimiento.
Por otra parte hay que
voltear a ver el gran potencial que existe en nuestra costa, particularmente lo
que sucede en el soconusco y su mayor ciudad que es Tapachula, los factores que
ocurren en esta ciudad no son los mismos que ocurren en Tuxtla, Comitán o San
Cristóbal de las Casas, por citar algunos.
El tema de la frontera
sur es delicado, por ella pasan armas, drogas, mercancía ilícita y la trata de
personas es el día a día.
¿Cuántas personas pasan
por Chiapas procedentes de Centroamérica y cuantas se quedan realmente en
Chiapas? Sucede que hay falta de oportunidades, no hay empleos, no hay motivos
reales para quedarse en estas ciudades y la gente que llega buscando un poco de
mejoría no la encuentra. Recordemos que las ciudades no hacen pobre a la gente,
las ciudades atraen a la gente pobre. La apuesta de nuestras ciudades debe
estar en diversificar su economía para aumentar sus ingresos, es por ello que
Tapachula se debe consolidar como una ciudad portuaria, aprender de casos de
éxito a nivel mundial como lo son Singapur o Dubai, solo por mencionar un par
de casos, su fortaleza debe radicar en la correcta explotación de su puerto, de
su frontera con Centroamérica, de su pluralidad en transportes como el
aeropuerto, una red carretera y las vías férreas. Tapachula puede competir de
forma eficaz por el comercio internacional ofreciendo infraestructuras modernas
y de calidad e instituciones que favorecen el asentamiento de las empresas ¿Por
qué no pensar que Tapachula puede ser una zona franca que atraiga empresas
liberándolas de la carga que suponen tanto los impuestos como la regulación?
Por añadidura de lograr a cabo una ambiciosa reestructuración urbana en Tapachula
se incluiría a Huixtla, Cacahoatán y Pijijiapan como beneficiados y potenciales
receptores de desarrollo urbano en la zona del soconusco.
San Cristóbal de las
Casas es el mejor ejemplo de la diversidad cultural que existe en nuestro
estado, es el punto de encuentro de la gran mayoría de nuestras etnias,
tradiciones e incluso religiones, es el punto donde converge la pluralidad y
riqueza de Chiapas que es su gente. Esta ciudad es referente turístico a nivel
internacional y por ello se debe fortalecer esta industria sin chimenea. Tiene
una tasa de crecimiento de 4.33, la segunda más alta del estado, lo cual nos
dice que es una ciudad atractiva para vivir, mucha gente proveniente de demás
pueblos de los altos de Chiapas quieren vivir en esta ciudad y por ello hay que
fortalecerla. Sin lugar a dudas esta ciudad no tiene extensiones territoriales
para donde crecer de forma urbana, habrá que ver si alguna población vecina
estaría dispuesta a ser receptora de gente y con ello recibir desarrollo
urbano. Es posible que si lo haya y Teopisca puede ser una opción.
Comitán de Domínguez
fue en el siglo XIX, la ciudad más poblada hasta principios de 1900. Su
economía fortalecida en el comercio local y su situación geográfica estratégica
capaz de captar amplios volúmenes de turismo por la cercanía de atractivos
naturales e históricos y su cercanía con la frontera con Guatemala ponen en
claro su alto potencial en el desarrollo urbano. Comitán como centro
urbano y económico ha variado a lo largo de los últimos cinco siglos, sin
embargo no ha conocido altibajos tan pronunciados como otras ciudades en el
estado. La ciudad
asentada en un inmenso valle da la oportunidad perfecta para planear una gran
ciudad futura y consolidar su núcleo compacto y denso. Con atributos especiales
y únicos en el estado, un clima privilegiado y dotado de recursos naturales
puede considerarse la ciudad capaz de captar el mayor flujo de desarrollo
urbano en el estado y ofrecer un ejemplo en calidad de vida.
Palenque, Ocosingo,
Arriaga, Tonalá, Cintalapa, por mencionar ciudades mayores a 15 mil habitantes
deberán fortalecer su desarrollo urbano para ser capaces de recibir a la
población de los municipios vecinos y tener posibilidades de ofrecer calidad de
vida.
Tal y como mencionó Juan Pedro Viqueira en su momento, la urbanización tardía e insuficiente de
Chiapas no solamente ha privado a la población de muchos servicios que sólo las
ciudades pueden ofrecer, gracias a las economías de escala que éstas permiten,
sino que se ha traducido en una creciente demanda de tierras por parte de los
campesinos, demanda que ha resultado imposible de satisfacer en un contexto de
alto crecimiento demográfico. Ninguna de nuestras ciudades ha logrado imponerse
de manera duradera como polo de atracción de la población y como centro rector
de la actividad económica del estado.
La cuestión decisiva es saber si cuando Chiapas se desarrolle,
se convertirá en un estado de conductores suburbanos o de usuarios urbanos de
transporte público.
En este afán de consolidar el desarrollo urbano de nuestras
ciudades y considerando la economía del estado es claro que hay que optar por
los principios básicos que en su momento marcó Jan Gehl: caminar, porque cada
viaje comienza y termina caminando, las ciudades más competitivas del mundo
cuentan con espacios peatonales de calidad. Movernos con energía propia,
existen vehículos no motores que en nuestro estado son muy utilizados como la
bicicleta, es un transporte saludable y requiere de menos espacio y recurso, hay
que también optar por el transporte público. Fortalecer la cultura local,
nuestros entornos históricos y culturales contribuyen de manera significativa a
generar lugares con identidad única. Crear ciudades más humanas, es este el
momento. Debemos consolidarnos como ciudadanos capaces de buscar el bien común
para nuestra ciudad. Diversifiquemos nuestros usos de suelo en zonas urbanas,
atrevámonos al uso de suelo mixto, densifiquemos y tratemos de ser lo menos
espectaculares en edificación y que en realidad nuestras obras duren y
perduren.
Solo las ciudades que
ofrezcan una calidad de vida que atraiga y retenga a los grupos profesionales más
capacitados podrán ser competitivas.
Esta es una breve
descripción de nuestras principales ciudades mayores a cien mil habitantes, es
por ello que deben de verse con una óptica diferente al promedio nacional,
nuestros problemas son diferentes y en Chiapas siguen predominando las
actividades rurales, eso es un hecho. Es claro que los problemas en el campo no
se resuelven ni se resolverán en el campo, la gente emigra en busca de
oportunidades, las cuales solo las encontrará en las ciudades. Redensificar
nuestras ciudades tal y como se plantea en las nuevas políticas públicas
requerirá de vivienda urbana accesible, debemos de entender que edificar es una
consecuencia del éxito, no su causa, por ello mismo las actuales autoridades de
los tres órdenes de gobierno deben ver a la planeación como una aliada, y deben
de ver al municipio como un ente que perdurará más de tres años de gobierno y
que las decisiones que se tomen en este momento influirán a las futuras
generaciones. Es nuestra oportunidad histórica de fortalecer nuestras ciudades,
aún cuando estas tengan un precario desarrollo.
Por las condiciones
particulares de Chiapas, se debe considerar que nuestro estado tenga su propio estatuto de ciudades el cual deberá ir
alineado a las políticas nacionales con las especificaciones que sean
consideradas para nuestra región.
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